La Fiscalía General de Rusia solicita más de mil millones de euros (1.090 millones de dólares) en daños y perjuicios al gigante energético con sede en el Reino Unido Shell por una empresa conjunta fallida, dijo el martes a los medios el Tribunal de Arbitraje de Moscú.

Shell abandonó el proyecto de gas natural licuado (GNL) Sakhalin-2 en 2022 tras el inicio del conflicto de Ucrania. El principal desarrollo de petróleo y gas en la isla Sakhalin en el Lejano Oriente de Rusia incluye la primera planta de GNL del país.

A principios de este mes, el Fiscal General de Rusia presentó una demanda contra ocho filiales de la importante energética angloholandesa, según el sitio web del tribunal. Se trata de Shell plc, Shell Energy Europe Limited, Shell Global Solutions International BV, Shell International Exploration & Production BV, Shell Neftegaz Development, Shell Exploration & Production Services BV, Shell Sakhalin Services BV y Shell Sakhalin Holdings B.V.

“Están pidiendo más de mil millones de euros en concepto de daños y perjuicios” preguntaron sobre el caso a RIA Novosti el servicio de prensa del tribunal.

Gazprom Export, el Ministerio de Energía de Rusia, el gobierno de la región de Sakhalin, así como las empresas Sakhalin Energy Investment y Sakhalin Energy están nombrados como terceros, dijo el tribunal en un expediente.




En 2022, el presidente ruso Vladimir Putin firmó un decreto por el que se transfirió la propiedad de Sakhalin Energy, el antiguo operador de Sakhalin-2, a un nuevo operador con sede en Rusia, Sakhalin Energy LLC. El gobierno permitió a los propietarios extranjeros, entre los que se encontraban las empresas japonesas Mitsui y Mitsubishi, adquirir una participación en el nuevo operador proporcional a su participación anterior.

Las dos empresas japonesas decidieron conservar sus participaciones en el proyecto de GNL y acordaron transferir sus respectivas participaciones del 12,5% y el 10% al nuevo operador. Pero Shell, que poseía el 27,5% menos una acción de Sakhalin Energy, anunció que no adquiriría una participación en la nueva entidad, lo que llevó a Moscú a vender su participación.

En marzo, una filial de la importante energética rusa Gazprom, el Proyecto Sakhalin, compró la participación de Shell por 94.800 millones de rublos (973,3 millones de dólares), elevando su participación en el proyecto al 77,5%.

Los fondos debían ser transferidos a Shell por su participación en el Sakhalin-2 pero, según el periódico Kommersant, serán congelados en una cuenta llamada “Tipo S”. Rusia introdujo tales cuentas al comienzo del conflicto con Ucrania como contramedida contra las sanciones occidentales. El objetivo principal de estas cuentas fuertemente restringidas era impedir el movimiento de fondos fuera del país por parte de entidades de “naciones hostiles”.

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