Desde septiembre de 2021, Sébastien Cavalier preside la cultura Pass de la sociedad por acciones simplificada (SAS). Con sede en la rue de la Boétie, en París, esta SAS cuenta actualmente con 175 empleados y es responsable del despliegue, la gestión y la referenciación de las ofertas de los operadores culturales (37.000 registrados hasta la fecha) del Pase Cultural. En un momento en que Rachida Dati, ministra de Cultura, pretende reformar fundamentalmente este sistema emblemático de la política cultural de Emmanuel Macron, generalizado en mayo de 2021 y que ofrece 300 euros a todos los jóvenes mayores de 18 años para financiar, a su manera, su ocio cultural. actividades, Sébastien Cavalier responde a las críticas y describe los cambios que se avecinan.

En una columna en “Le Monde” publicada el 11 de octubre, la Ministra de Cultura anunció su deseo de reformar el Pase Cultura para que cumpla mejor su misión de servicio público. ¿Estuviste involucrado en esta reflexión?

Las conversaciones sobre el Pase Cultural comenzaron con la llegada de Rachida Dati a la calle de Valois a principios de año. Mantuvimos muchas conversaciones con su oficina y los servicios técnicos del ministerio. Desde el principio, la ministra expresó la importancia que concedía a este Pase, pero también las dudas que tenía sobre este sistema. Por ser innovador y atípico, el Pase debe estar abierto a la reflexión y ser capaz de adaptarse. Es un tema apasionante para el que debemos encontrar un camino de equilibrio.

¿Qué crees que es más urgente cambiar?

Necesitamos amplificar la dinámica. Tomemos el ejemplo de la actuación en vivo. Es cierto que no es popular entre los jóvenes por naturaleza. Sin embargo, uno de los objetivos asignados al Pase es fomentar la diversidad de prácticas culturales y despertar la curiosidad. En los últimos años hemos tenido dificultades para trabajar de la mano con actores de artes escénicas. Pero no hay ninguna inevitabilidad. Debemos encontrar un enfoque muy pragmático y muy constructivo para que el Pase contribuya a que los jóvenes quieran asistir a lugares de teatro, música y ópera.

El Pase es un bien público compartido, una herramienta digital soberana y su éxito es el resultado de enfoques colaborativos que involucran a muchas partes interesadas. El ejemplo del sector del cine de autor, que al principio tenía dudas sobre el pase, es esclarecedor. Hemos empezado a trabajar con la red de cines de autor y, hoy en día, casi todos están registrados en el Pass. Y funciona. Estoy firmemente convencido de que podemos hacer lo mismo con la actuación en directo.

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