La policía suiza detuvo a varias personas después de que una mujer estadounidense muriera usando el dispositivo

La policía de Suiza anunció varias detenciones el martes después de que la controvertida cápsula Sarco, apodada “cápsula suicida”, fuera utilizada para acabar con la vida de una mujer estadounidense en el primer uso documentado del dispositivo.

El Sarco, abreviatura de sarcófago, es una cápsula impresa en 3D, diseñada para ser operada por una persona que puede ingresar al recinto similar a un ataúd, acostarse y presionar un botón. Luego, el dispositivo disminuye rápidamente el nivel de oxígeno y bombea nitrógeno, lo que provoca la muerte del usuario por hipoxia.

Según un comunicado del departamento de policía de Schaffhausen, la cápsula fue colocada ilegalmente el lunes en el bosque del municipio de Merishausen. Los fiscales han iniciado procedimientos penales contra varias personas sospechosas de “Inducir, ayudar e instigar al suicidio”.

Un portavoz del grupo Last Resort, que está detrás del uso de la cápsula, explicó que el dispositivo se utilizó en una mujer estadounidense de 64 años que padecía un sistema inmunológico gravemente comprometido. Agregó que la mujer había realizado una grabación de audio expresando su deseo de morir y pasó una evaluación psiquiátrica antes de poner fin a su vida.

El portavoz también afirmó que desde el lanzamiento de la cápsula han sido detenidas en total cuatro personas: el copresidente de la empresa, Florian Willet, un periodista holandés y dos ciudadanos suizos. Añadió que Willet fue la única persona presente cuando la mujer acabó con su vida.




En un comunicado oficial de The Last Resort, Willet calificó la muerte de la estadounidense como “Tranquilo, rápido y digno”.

Philip Nitschke, el inventor de la cápsula Sarco, que observó la muerte de la mujer desde Alemania a través de un monitor, dijo a los medios holandeses que el proceso “salió bien” agregando eso “Se veía exactamente como esperábamos”.

“Cuando entró al Sarco, inmediatamente presionó el botón. Ella no dijo nada. Ella realmente quería morir”. dijo el activista suicida australiano y presidente del grupo pro-eutanasia Exit International.

Suiza es uno de los pocos países del mundo donde el suicidio asistido está legalizado, pero sólo bajo condiciones específicas. En julio, el gobierno suizo prohibió explícitamente el uso de la cápsula Sarco alegando falta de información confiable sobre el método utilizado. Los fiscales advirtieron a Exit Switzerland que si se utilizaba el dispositivo podría dar lugar a “graves consecuencias legales” y dar lugar a penas de prisión de hasta cinco años.

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