Un “emprendimiento típico mafioso”, que unió la asociación entre dos empresas activas en el sector de heladería y pastelería en el área de Palermo y que condujo a la incautación de las actividades y de la marca asociada Sharbat, creada después de la quiebra de Brioscia. cadena.

Por lo tanto, los nuevos establecimientos abiertos en via Terrasanta 111 B y en viale Regina Elena en Mondello terminaron bajo embargo.

La disposición, dictada por el juez de instrucción del tribunal y ejecutada por las llamas amarillas del comando provincial, se enmarca en la investigación llevada a cabo por la unidad de policía económico-financiera de Palermo que en agosto condujo a la detención de Michele Micalizzi, considerado por los investigadores “exponentes del líder del barrio mafioso de San Lorenzo”, y del director de una empresa propietaria de una conocida marca de heladerías en la capital siciliana, ‘Brioscià’.

Micalizzi, de 75 años, yerno de la histórica capo mafiosa Rosario Riccobono, ya liberado en 2015 tras 20 años de prisión, según las investigaciones, decidió invertir en el sector de los helados. De las escuchas telefónicas se desprende que parte de los ingresos, tanto de Brioscià como de Sharbat, estaban destinados a la familia Micalizzi, líder del sector de los helados sicilianos.

El desarrollo de las investigaciones habría sacado a la luz la plena implicación del mafioso en las iniciativas del empresario Mario Mancuso, investigado por el delito de complicidad externa en asociación mafiosa.

La existencia de un grupo empresarial de facto entre ambas queda pues documentada, establecida y desarrollada a lo largo de los años, a través de dichas empresas, “pudiendo así detectar – dicen los investigadores – una operación típica de empresariado mafioso”. Se ha designado un administrador judicial para gestionar los bienes embargados de la empresa, cuyo valor, en proporción al volumen de negocios estimado, superaría los 2 millones de euros. La cantidad se suma así a la incautada el pasado mes de agosto.

Durante el interrogatorio ante el juez de instrucción Lirio Conti, Mancuso no negó conocer a Micalizzi pero rechazó las acusaciones impugnadas por la Fiscalía, aportando su propia versión de los hechos para demostrar que el jefe no tuvo ninguna injerencia en sus asuntos. Sin embargo, según la fiscal adjunta Annamaria Picozzi, las empresas estarían al servicio de la Cosa Nostra.

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