¿Debería el gobierno francés vender algunos de sus activos para resolver su crisis de deuda, como sus acciones en empresas privadas como el gigante de las telecomunicaciones Orange o la multinacional eléctrica Engie? Este es el enfoque que muchos de derecha y extrema derecha instan al gobierno a explorar. Sostienen que en lugar de recortar drásticamente el gasto público o aumentar aún más los impuestos, el gobierno podría recuperar miles de millones, o incluso decenas de miles de millones de euros, al deshacerse de parte de su cartera de acciones.

El Gobierno del Primer Ministro Michel Barnier ha optado hasta ahora por no seguir este camino. El martes 15 de octubre, el Ministro de Economía y Finanzas, Antoine Armand, mencionó en cambio una opción diferente: invertir en Opella, fabricante del querido analgésico francés Doliprane, que el gigante sanitario Sanofi quiere vender a un fondo estadounidense. Se espera un animado debate cuando el Parlamento discuta el proyecto de ley de presupuesto.

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El ex ministro del Interior y diputado Gérald Darmanin inició el debate en una entrevista con el diario financiero Los Ecos el 6 de octubre. “Es necesario trabajar en la participación del Estado en las empresas”, afirmó Darmanin, citando las acciones de sociedades cotizadas como Orange (13,4%), el operador de juegos Française des Jeux (21,1%), la multinacional del automóvil Stellantis (6 %) o Engie (23,6%). “Sería mejor vender estas participaciones que aumentar los impuestos corporativos”, afirmó. “El Estado no tiene por qué estar allí”.

El ex ministro claramente no logró convencer a sus colegas de la coalición presidencial. Los parlamentarios alineados con Macron no presentaron ninguna enmienda de este tipo antes de la apertura de la sesión presupuestaria de la Asamblea Nacional esta semana. Eric Ciotti, ex miembro del partido conservador Les Républicains y ahora aliado del partido de extrema derecha Rassemblement National (RN), ha tomado la iniciativa. Propone que el Estado francés venda “a más tardar el 1 de enero de 2025” todas sus acciones de Engie y del fabricante de automóviles Renault (15%) “en un momento en el que es esencial sanear nuestras cuentas públicas”. Al igual que RN, varios de los aliados de Ciotti también apoyan la privatización de la radiodifusión pública. Una de sus enmiendas pretende, por el momento, detener toda financiación pública de los canales de radio y televisión.

‘Menos Estado’

La extrema derecha ha redescubierto así una de sus características políticas clásicas: “menos Estado” y privatización. Tras oleadas de nacionalizaciones tras la Segunda Guerra Mundial y la primera elección del presidente socialista François Mitterrand en 1981, la influencia del Estado francés en la economía disminuyó. El movimiento privatizador, iniciado por los gobiernos de los ex primeros ministros Jacques Chirac (1986-1988), Édouard Balladur (1993-1995) y Allain Juppé (1995-1997), fue continuado por Lionel Jospin (1997-2002). Sin embargo, el ritmo finalmente se desaceleró. Según el INSEE, la proporción de empresas estatales en el empleo asalariado cayó del 10,5% en 1985 al 2,1% en 2021.

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