IParecería que Donald Trump y Vladimir Putin son viejos conocidos, que hablan habitualmente por teléfono, hasta siete veces desde que el republicano abandonó la Casa Blanca en 2021, incluso después de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022. Este hecho, reveló por el famoso periodista estadounidense Bob Woodward en un libro que acaba de publicarse en Estados Unidos, Guerrano ha sido desmentido formalmente por el equipo de Trump. En cualquier caso, no augura nada bueno para el futuro de Ucrania, cuyo destino ahora está vinculado en gran medida al resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre.

Leer más Sólo suscriptores Nuevo libro de Bob Woodward revela los vínculos de Trump con Putin

El candidato republicano se ha jactado de ser capaz de resolver la crisis ucraniana en 24 horas, si es elegido. Nadie cree seriamente que esto sea posible, pero se sabe lo suficiente sobre cómo ve a Rusia para imaginar la forma de la solución que ha previsto. De hecho, el candidato de Trump a la vicepresidencia, JD Vance, ha planteado un escenario que implicaría la neutralidad de Ucrania, haciendo imposible que Kiev se una a la alianza occidental. Ésta, cabe recordar, es una de las exigencias de Rusia.

Por lo tanto, tenemos que imaginar lo que significaría para Ucrania una posible victoria de Trump, el 5 de noviembre –algo perfectamente plausible, cuando faltan tres semanas para las elecciones–. Esta vez, a diferencia del 3 de noviembre de 2020, está listo. Tiene un plan para Ucrania. Lógicamente, pediría que se ponga fin a la ayuda militar estadounidense a Kyiv. No se detendría de la noche a la mañana, pero un anuncio así alteraría brutalmente el panorama estratégico: los europeos no están en condiciones de para compensar la pérdida de la ayuda estadounidense. Al ejército ucraniano le resultaría cada vez más difícil para resistir la ofensiva rusa.

Trump podría entonces sugerirle a Putin que inicie negociaciones, en términos que no sean difíciles de adivinar, ya que los ucranianos se encontrarían en una posición de debilidad. En realidad, para Ucrania estas negociaciones serían un fracaso.

La victoria del poder sobre el derecho

No nos engañemos. La derrota de Ucrania sería también la de Europa. Porque ahora debemos imaginar las consecuencias, para Europa, de una victoria rusa en la guerra de conquista que lleva diez años librando contra un país al que se niega a dejar que tenga su propio destino independiente.

En este escenario, la primera pregunta que cabe plantearse sobre las negociaciones es: ¿participarían en ellas los europeos? Su presencia es sin duda la menor de las preocupaciones del equipo Trump, ya que no sienten más que desprecio por la Unión Europea y no tienen reparos en imaginarse arreglando directamente el destino de Ucrania con Moscú. Se trata de una primera bofetada para Europa, que está mucho más directamente afectada que Estados Unidos por el conflicto que tiene lugar en su continente. Además, no está claro que una administración demócrata, en caso de que Kamala Harris gane, tenga algún plan para involucrar más estrechamente a los europeos en posibles negociaciones. En efecto, interrogada sobre el tema por la CBS, el 7 de octubre, la candidata demócrata se limitó a decir que no negociaría con Putin sin los ucranianos. Ella no mencionó a nadie más.

Te queda el 43,86% de este artículo por leer. El resto es sólo para suscriptores.

Source link

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here