Jean-Philippe Tanguy, el “señor Economía” de la Agrupación Nacional (RN), no estaba seguro de apreciar el ejercicio del “contrapresupuesto”, considerado políticamente arriesgado, con más que perder que ganar, y técnicamente impreciso, sin la ayuda de la máquina de Bercy. Pero la RN todavía está luchando por convencer de la credibilidad de sus lecciones presupuestarias, así como de la sinceridad de sus diatribas sobre la deuda de los mandatos de Macron. Así que el diputado de Somme dio el paso y presentó sus propuestas el miércoles 16 de octubre, como hacen los partidos gubernamentales. Una manera de ver las cosas más claramente y de sentirse legítimo al criticar el proyecto de ley de finanzas de Michel Barnier, calificado de “traición moral a los franceses, con aumento de impuestos y ninguna reducción del gasto”.

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Enmienda tras enmienda, la extrema derecha prevé 13.700 millones de euros de ahorro adicional, respecto a los ya propuestos por el gobierno de Barnier. Y distingue entre aquellos que aprecia, aquellos que preserva y aquellos que sacrifica. Mimados: los grandes consumidores de energía, mediante una reducción del IVA sobre la energía, principal promesa de campaña de Marine Le Pen en 2022, y los hogares de bajos ingresos mediante la eliminación del IVA sobre los productos esenciales. Preservados: hogares, cualquiera que sea su nivel de ingresos; los empleadores, cuyas lagunas fiscales y reducciones de cargas se mantendrían; propietarios de grandes empresas y activos. Sacrificados: la transición energética, los extranjeros, las asociaciones, la cultura, las regiones y comunidades de los municipios, los operadores y agencias estatales, los funcionarios enfermos –el plazo de espera aumentaría de uno a tres días–, las multinacionales y los excesos del capitalismo financiero, sancionados por varios medidas retroactivas.

Para dar un barniz de seriedad a su trabajo presupuestario, la RN, a través de la voz de Jean-Philippe Tanguy, había exigido a sus tropas que se abstuvieran de proponer nuevos gastos. Como suele ocurrir en la extrema derecha, las órdenes de los dirigentes, desconociendo el derecho de enmienda de cada diputado, fueron respetadas. Las innumerables donaciones fiscales a la industria de la construcción o a los agricultores que florecieron gracias a la enmienda un año antes han desaparecido; La credibilidad presupuestaria gana lo que ha perdido la popularidad de los diputados ante los lobbies. Así detallado, el programa presupuestario de RN parece a primera vista más coherente de lo que era hasta entonces, libre de estimaciones de ahorro a costa de la inmigración y consideradas fantasiosas por los expertos.

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