Las empresas francesas del ecosistema espacial emergente están experimentando un final de año lento después de aproximadamente una década de desarrollo. Después de importantes campañas de recaudación de fondos en el primer trimestre –como los 85 millones de euros recaudados por Unseenlabs, una PYME con sede en Bretaña dedicada a la vigilancia marítima, y ​​los 27 millones de euros recaudados por Latitude, una empresa con sede en Reims que está diseñando el microcohete Zéphyr– el número de transacciones fue más modesto. Esto ilustra la estabilización de la inversión en el sector durante los últimos dos años.

El lunes 14 de octubre, Constellation Technologies & Operations anunció que había recaudado 9,3 millones de euros. La nueva empresa ofrece a los operadores de telecomunicaciones acceso a Internet por satélite para complementar su cobertura terrestre donde falta. A Charles Delfieux, un ingeniero de 45 años, se le ocurrió la idea a partir de su experiencia en el Banco Mundial. Como director de programas encargado de estructurar el acceso de las personas a los servicios básicos, observó “lo difícil que era acceder a Internet en determinadas regiones”.

De ahí el lanzamiento en 2022 de su start-up destinada a crear una constelación de 1.500 satélites de alta velocidad y baja latencia. Se desplegará en una órbita muy baja, a 375 kilómetros de la Tierra, en combinación con bandas de frecuencia 5G. Esta futura red de satélites podría compararse con los cables submarinos que utilizan conjuntamente los operadores de telecomunicaciones. “Es una solución para ellos, especialmente en un momento en el que la provisión de Internet desde el espacio corre el riesgo de ser reemplazada por nuevos participantes como Starlink de Elon Musk o Kuiper de Jeff Bezos, que tienen sus propias instalaciones”, argumentó Delfieux. Por no hablar de los jugadores chinos.

Los fondos recaudados permitirán a esta start-up de 30 personas, con sede en Saint-Quentin-en-Yvelines (en las afueras de Versalles) y Toulouse (sur), probar la conectividad de los equipos en órbita a partir de 2025. Los dos primeros prototipos están Su lanzamiento está previsto para finales de 2026 y su despliegue está previsto entre 2027 y 2029.

‘El Airbnb de la antena terrestre’

Otra recaudación de fondos reciente fue la de Skynopy, que recaudó 3,1 millones de euros en junio para su primer año de funcionamiento. La empresa es de nicho y se especializa en conectividad a través de instalaciones terrestres: antenas que reciben y procesan información transmitida por satélites. Sin embargo, la falta de dicha infraestructura es un cuello de botella en un mercado espacial donde las constelaciones de satélites de órbita baja están aumentando. Esto ralentiza su velocidad de implementación y rendimiento.

De este modo, la start-up ofrece a los operadores un servicio simplificado para conectar sus satélites compartiendo su red de antenas. “No necesitarán comprar ellos mismos equipos ni contratar expertos para saber cómo enviar señales”, resumió Pierre Bertrand, creador de esta empresa con sede en Agoranov, una incubadora de ciencia y tecnología con sede en París. “Queremos ser el Airbnb de la antena terrestre”.

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