METROMás estadounidenses votaron en las elecciones de 2020 que en cualquier otra en la historia de Estados Unidos. En los cuatro años transcurridos desde entonces, 18 estados han promulgado requisitos de identificación de votantes nuevos o más estrictos para emitir su voto, advierte Lauren Kunis, directora ejecutiva y directora ejecutiva de VoteRiders. “La historia de nuestro país es la de ampliar el acceso a las urnas con el tiempo”, dice Kunis. “Lamentablemente estamos viendo la reversión de esa tendencia en este momento en el frente de la identificación de votantes en particular”.

VoteRiders es una organización no partidista dedicada a garantizar que todos los votantes elegibles puedan navegar por dichas regulaciones y acceder a las urnas. El grupo tiene mucho trabajo por delante en 2024, ya que una cifra sin precedentes de 38 estados cuenta ahora con leyes de identificación de votantes. Los estados liderados por republicanos, en particular, han adoptado regulaciones cada vez más estrictas a medida que los legisladores han argumentado, con poca evidencia, que el fraude electoral es un problema generalizado.

Casi 50 millones de estadounidenses no tienen una identificación activa que refleje su nombre y dirección actuales. Para quienes viven en estados con leyes estrictas de identificación de votantes, el resultado es un confuso mosaico de regulaciones que puede dejar perdido incluso al votante más decidido. “Estamos en una situación de desafío realmente sin precedentes en lo que respecta a los derechos y el acceso al voto”, dice Kunis, quien dirige la organización desde 2021.

VoteRiders se ha convertido en un actor clave para abordar este desafío creciente. Desde su creación en 2012, la organización sin fines de lucro se ha dedicado a combatir los efectos adversos de las leyes de identificación de votantes, brindando asistencia a votantes que de otro modo podrían verse privados de sus derechos. Sus esfuerzos incluyen ofrecer apoyo gratuito para obtener la identificación necesaria, así como cubrir los costos relacionados e incluso ayudar con el transporte a las oficinas de emisión de identificaciones.

Con una red de casi 2.000 organizaciones asociadas y 10.000 voluntarios, VoteRiders dice que ha llegado a más de 4,2 millones de votantes este año a través de una combinación de banca de texto, llamadas telefónicas y cartas, y sus programas educativos sobre el derecho al voto. Para noviembre, Kunis dice que la organización espera llegar a 10 millones de votantes con información de identificación y asistencia gratuita.

Una encuesta reciente realizada por VoteRiders encontró que los jóvenes y los votantes negros e hispanos tienen muchas más probabilidades de carecer de una identificación que refleje su información actual. La encuesta también encontró que muchos estadounidenses están confundidos acerca de los requisitos de identificación de su estado; más de la mitad de quienes viven en estados con leyes de identificación estrictas no saben qué se requiere para emitir un voto. “Las leyes de identificación de votantes dañan a comunidades que ya están subrepresentadas y exacerban aún más un electorado que no es representativo”, dice Kunis. Arreglar ese desequilibrio, dice, es fundamental para que Estados Unidos se convierta en “una democracia verdaderamente representativa”.

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